
Los hijos de Josué, los hijos de los que heredaron la Tierra Prometida nunca supieron lo que era depender de Dios, porque ellos ya nacieron en una tierra que fluía leche y miel. La abundancia, la prosperidad y las bendiciones, eran cosas que ellos daban por sentado. Esto mismo está pasando con muchos jóvenes en la actualidad; no tienen temor de Dios y esto se refleja en su forma de actuar, en su forma de vestir y en lo que hacen en la intimidad. Hoy en día es común escuchar a padres de familia decir: ‘estoy triste porque mi hijo no quiere venir a la iglesia, no quiere servir al Seño